Counting stars

 

 

Diario IDEAL, 3 noviembre 2014

Lately I’ve been, I’ve been losing sleep… es martes. Una semana más avanza inexorable hacia el final del año que nos traerá la llegada del nuevo. La agenda está petada de proyectos, ideas, viajes… ¿Contamos estrellas? Dreaming about the things that we could be / But baby, I’ve been, I’ve been prayin’ hard… Es lo que tiene ser soñador. ¿Sueñas a menudo sobre lo que te hubiera gustado ser? ¿Tienes que rezar para dejar de contar monedas y ponerte a contar estrellas? Said no more counting dollars / We’ll be counting stars /Yeah, we’ll be counting stars.
Sí, las voy a contar. Y llegaré hasta las 50 que tiene la bandera USA. La bandera a la que mi hijo, hoy, como cada mañana a las 8 en punto, jura con la mano en el corazón, respetar y defender, porque creen en un país de libertad y oportunidades. Y las voy a contar porque quiero saber qué se siente allí porque, en pocas semanas, él ha cambiado. Y se ha vuelto un contador de estrellas. Un soñador. Una persona que empieza a pensar que mejor que contar monedas es  contar estrellas. Porque para ello hay que soñar. Aunque sufras los envites del cartesianismo social de este país que busca licenciados estabulados en universidades en manos de ‘podemosos’, enchufados y mariachis que, en escasas ocasiones, te enseñan algo para la vida. Porque soy de los que piensa que la mejor universidad es la propia vida. La que te enseña y eres tú el que decides contar dinero o contar estrellas.
Old, but I’m not that old / Young, but I’m not that bold… soy mayor pero no esa clase de personas mayores; y soy joven, pero no esa clase de jóvenes. Soy un contador de estrellas. Y me gustaría que los que me rodearan las contaran conmigo.
Volviendo al viejo Oeste, he descubierto que allí los jóvenes son felices. El mío lo es. Y por eso quiero verlo. Y por eso voy a ir. A contar estrellas con él. Las de Idaho o las que toquen, porque siempre seré un contador de estrellas. El dinero, si no lo persigues, llega. Lo dice ese viaje frase… ‘si quieres una revolución no contrates a un banquero; busca a un poeta’. Porque los poetas, también cuentan estrellas. Las personas creativas son contadoras de estrellas o planetas. El Principito iba de planeta en planeta buscando el elefante en la serpiente, mientras que los contadores de dinero sólo ven sombreros. ‘Solo se ve bien con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos’. ¿Te animas a contar estrellas? Soy un eterno observador de lo invisible. Disfruto con ello.
Everything that kills me makes me feel alive… no lo olvides. Y aunque creas que te pueden matar o que te matan con aseveraciones sobre las cosas que se ven con los ojos (lo esencial es invisible), en realidad, te hacen sentirte más vivo. ¿Bécquer contaba estrellas o golondrinas? ‘Pero aquéllas que el vuelo refrenaban / tu hermosura y mi dicha al contemplar, / aquéllas que aprendieron nuestros nombres… /ésas… ¡no volverán!’
Menudo final ¿no? ¿hay que resignarse a que las golondrinas no vuelvan y a ser aquello que en realidad nunca quisiste ser? No me quiero quedar con el final golondrínico. Voy más allá y me arriesgo.
Take that money / Watch it burn / Sink in the river /The lessons I learned… es mucho mejor… cógelo, quémalo, húndelo… es la mejor lección porque Everything that drowns me makes me wanna fly o sea, que lo que me ahoga -o lo pretende-, en realidad lo que me provoca es unas ganas de querer volar, viajar, navegar ya sea en formato golondrina, principito, o como el contador de estrellas que soy…  Said no more counting dollars / We’ll be, we’ll be counting stars… ¡no me digas que no es maravilloso! ¡ah! y no dejes de ver lo invisible de este mundo…
PA: dedicado a Alex y Fernando por dejarme, cada día, contar estrellas con ellos.