Déjame que te escriba

 

Déjame que te escriba.

Permíteme que junte letras sobre tus hombros infinitos y que juegue con los trazos que dibuja tu espalda, como un lienzo sin fin.

Quiero escribirte.

Quiero que sea una carta. Una carta de amor. Un amor eterno. Un eterno amor de tinta, sin papel. De piel.

Necesito dejar la tinta que ahora bombea y se pasea por mis venas en tus noches pasadas por agujas que dicen que yo también te quiero.