Modernidad

 

 

Como un combate de caballeros sin armadura, llega Modernidad pisoteando las almas de los salvajes que necesitan tomar su dosis de soma en las caravanas de puntos rojos y tragar un poco de monóxido de carbono, para que sus corazones latan al mismo ritmo cada atascado día. Los mares asfálticos sólo crean olas de humo y las luciérnagas murieron asfixiadas por los tubos de escape. Modernidad, cárcel de oro.