Nadar y guardar la ropa

 

Qué difícil resulta a veces nadar. También es complicado saber dónde guarda la ropa.

Sin embargo, criaturas gélidas, saben tirarse a las aguas más tumultuosas, sabiendo nadar y conocen dónde está el lugar más adecuado para guardar la ropa.

La frivolidad de una negativa o la espesura de la realidad, hacen de estas almas, con temperaturas próximas a la primera era glacial, que sepan, como digo, nadar y guardar la ropa.

El tiempo, tic-tac, juzgará.

Ya es tarde para revisar el calendario.

Jamás llegarán los días rojos. ¡Fue tan fácil!