Oct
20
2008Ángel de la Morgue
Ángel de la Morgue, no me dejes sólo, nunca, ni de noche ni de día.
Asexúame para compartir alas blancas. No desearé ni al prójimo, ni a la próxima. Descansaré siete veces cada siete días y setenta veces siete cada hora. No habrá más eternidad que lápidas eunucas. Frígidas rajas en tumbas e historias para dormir eternamente.
Déjame ser chupado Ángel de la Morgue. Arriba o abajo. Sangre o semen. Rojo o blanco. No enseñaré ni mi estigma, ni mi cruz, ni mi cilicio que mortifica dulcemente las heridas por donde supuraba el deseo.
Ahora, mi Ángel, con ígnea espada, circuncida mi vida. Amén.
*Foto Kostya Zalesny
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