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2009No estoy de humor
El pomo de la puerta está demasiado caliente. Hace dos horas que apagué la calefacción. Mi cabeza está apunto de estallar. El silencio campa a sus anchas por toda la casa. No hay nadie que le diga nada; ni siquiera que declare que no es un invitado deseado a esta horas de la mañana. Y es que no estoy de humor para hablar con el espejo. Desde anoche tengo buceando mi móvil dentro de una taza de consomé. Duché con cariño el laptop. Y a los de Coldplay, que les falta un hervor, les he robado las letras para, una vez vendidas, comprarles chaquetas nuevas. Mi amiga los usa para sus llamada y yo los utilizo como despertador. Todo esto es un lío. Prefiero seguir en silencio antes que volver a llamar a mi psicólogo. Él, como la crisis, se marcharon de vacaciones por el retrete.
Foto: Pavel Kiselev
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