12
2009Es lo que no queda
Tarde de palabras, ondas y firmas. Marisa Miller no llegó. James Blunt se cuela en el andén para recordarnos que ella es bella. Bella, bello, vellos. Solo esperando un tren. Tren sin destino. Tren perdido. Tren sin dirección. Aunque es mejor ir sin dirección que seguir la flecha de la»obligatoria». E.S.O. Esto y aquello.
Más libros. Más libres. Mástiles. Barcos de papel; pájaros de papel; papel de quemar; quemaduras de sol y caraduras de saldo y rampa. Ayúdadme que no tengo… ¿qué no tienes? Destino, señor. Pues no te preocupes porque como dijimos vamos sin él…, a ninguna parte. Y ella es bella. La del andén. Marisa, Gambita o la madre que parió a la más bella de las «ellas» que andan por el andén esperando un tren… sin destino.
Y es que una tarde de feria, de libros, de paradas, estaciones e ilusiones enganchado a las gomas del bikini de Marisa Miller dan para mucho… tanto… poco. Nada. Extinción. Es lo que no queda.
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