Siento que no se te necesita. Que nadie habla de ti. Que sólo los más juguetones sms’s o los faltógrafos profesionales, te usan en desbandada. No me importaría hablar más de ti; usarte y hasta desgastarte. Kerida Ka de kilo. Tenemos kilómetros y kilogramos de Literatura, pero eres una obviada sistemática. Sólo los anarkos, kontras y antisistema, te usan de forma reivindikativa.

Yo, hoy, kiero ke sepas ke te adoro, letra Ka. No deseo abusos, o darle patadas a los lomos r.a.e.nianos, pero hay veces que si te usáramos -así, despistados-, el sonido sería el mismo y por tanto, el efecto fonético también. Si escribo ca, que, qui, co, cu o ka, ke, ki, ko, ku… ¿quién notará la diferencia en el mensaje?

El poder de los sms’s llegará… y se implantará. Como lo hizo el Latín vulgar dando origen a los idiomas que hoy hablamos por esta tierras.

Por eso, si se me eskapa alguna Ka en algún mensaje, no se me keje el receptor/a… es ke esta letra, me pone kantidad.

¡Guárdense las hogueras para Fallas o San Juan!