Éste es el nombre que le pondré a mi nueva colección de historias en prosa. La idea me vino hace un par de días al escribir ‘Mensaje en una botella’. ¿Por qué no? ¿Por qué no escribir, al menos, 50 historias en las que la ‘muerte’ sea la protagonista? Una veces sádica; otras jocosas; las más, reales pero inventadas… Será divertido… aunque la muerte no tiene nada de ello, pero es un buen juego literario… ¿qué se siente al morir unas cincuenta veces?

Un por ejemplo… La boda (mini escrito en 2004)

Aquel sudor frío recorría la espalda, cuando aún goteaba la espesa y cálida sangre por mi brazo derecho. Estaba sentado en el suelo del salón, a media luz, contemplando las burbujas carmesíes que brotaban del cuello de mi esposa. Yacía en postura angelical, extendida sobre la alfombra de sisal marroquí que empapaba el viscoso líquido, casi negro. No había podido superar la trágica mañana en la que, sin más explicación, asistí atado, con sus cadenas de cristal, a la retransmisión de la boda del siglo. Acabé la celebración sesgando para siempre esa catódica condena rosa.

Foto: Philip Jones Griffiths

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