Malakazynthos (día 1)

Apenas si puedo cerrar mi mano derecha. Primer día de este viaje que ya he bautizado como ‘Malakazynthos’, un híbrido que seguro le sacaré algún jugo literario. A las 9.44 horas arrancaba desde Málaga. Un primer contratiempo: la HD tiene menos agarres que un cristal. Así que he debido agudizar el ingenio. Un pulpo y dos redes para agarrar bien el paquete. El resto, una bolsa para el depósito cortesía de mi hermano Francisco. Operación que me ha llevado desde las 9.24 hasta la hora del arranque.

El día pintaba bien. Despejado. Hasta Guadix del tirón. Algo de frío por La Mora. Descanso en Los Abades. Repostaje. Café y pincho de tortilla. A-92 y a seguir. Llegamos a Murcia, tierra de este aborigen humano. En Librilla, parada, llenado y Redbull. El calor aprieta y decido prescindir del ‘sotocasco’. Seguimos para meternos en Valencia -Comunidad-, por Alicante. En el km 686 de la AP-7 vuelvo a recuperar el contacto con el mar.

Como no llevo ruta fija decido salirme de la autopista. A la Nacional y paradita en el Manhattan español: Benidorm. Me sugiere el artículo de IDEAL de la semana: ‘City Horror Show’. Sigo hasta Calpe y a los pies del Peñón de Ifach, parada y filetaco. ‘La taberna del puerto’ excelente servicio, vistas y precios.

Lleno el tanque en el surtidor de la ‘Cofradía de pescadores’ del municipio. Mientras, veo descargar pescado en directo. Un placer con olor a hombres de mar.

Vuelvo a la Nacional. Curva y contra curva hasta casi llegar a Cullera, que ofrece ya una carretera más recta. Dirección: Valencia. Mi cuello lo agradece. Valencia -donde me pierdo un rato- y el Eurostars me esperan. Me alojo en la planta 23.

Todo un reto, no el llegar aquí, sino no morir a estas alturas en esta altura.