Para los amargos, los héroes y los locos resultan siempre fascinantes:

porque no tienen miedo ni de vivir ni de morir.

Paulo Coelho

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No es amargura lo que supura tu caja rítmica; ni lo que moja tus dos sacos alveolares; ni tan siquiera lo que expulsa esos labios terráqueos que se mueven al ritmo de un tambor de hojalata. Squirt!

No es amarga la heroína que sobrevivió al quedarse enganchada con sus brazos, en las cuerdas de tender la ropa, una vez más, al ser arrojada por un cabrón cojo y tuerto que, cada domingo, de forma cotidiana, la empestillaba contra los fogones.

Ni es locura amargada recorrer, como una ola que sube y baja, el pasillo en busca del niño que, subido en el triciclo, juega la ratón y al gato con tu cuerpo inane de azúcar y repleto de vitriolo.

No es gana de vivir o de morir.

Es, si acaso, un simple mordisco amargo de alquitrán pegado en tu vello público.

*Foto: Paul Thomas