1. Dedica tiempo a determinar el trabajo pendiente: mails, llamadas, pos-it, informes sobre la mesa… Con todo ello haz una lista de tareas.

2. Decide si hay algo en la lista que puedan realizar otras personas, e intenta que las hagan.

3. Ordena lo que irremediablemente tendrás que hacer tú por prioridades. Comprueba si hay dead-lines o fechas tope.

4. Calcula cuánto tiempo necesitarás para cada tarea. Sé realista, normalmente nada se hace tan rápido como parecía antes de empezar. 

5. Suma el total para ver cuántas horas aproximadamente necesitarás hasta salir del embotellamiento.

6. Piensa cuánto tiempo sobrante tenías al día antes de irte de vacaciones: ¿nada?. Ahora tampoco lo tendrás; además de lo acumulado seguirán llegando tareas nuevas. Organízate para ganar tiempo hasta que salgas del atasco.

7. Decide cuáles de tus tareas no son imprescindibles, ¿qué pasaría si no lo haces todo tan bien?. Es difícil elegir en qué tareas bajar el nivel pero será temporalmente y con ello ahorrarás el tiempo que necesitas.

8. Ya puedes calcular cuánto tiempo podrás ganarle a cada día para dedicarlo a salir del atasco.

9. Divide el tiempo calculado para todas las tareas de la lista entre el tiempo diario que esperas ganar y sabrás los días que necesitarás. Si efectivamente se alarga hasta Navidades, quizá haya que plantearse otras soluciones.

10. Organiza las tareas dentro de ese tiempo con la prioridad  que tenían en tu lista. Comprueba si todo podrá estar terminado cuando debe. Si no pide ayuda, habla con tu jefe, o considera otro tipo de soluciones, hay veces que una buena organización no basta.

Gracias a la consultora Abaco Siglo XXI.