Dos por el precio de uno

Ideal 1 julio 2009

Menuda semanita se acaba de cerrar. En menos de 24 horas hemos perdido a dos grandes referencias internacionales de la música y del cine. Cierto es que con proyección y suertes distintas -en su vida personal y profesional-, pero que de alguna manera, estarán siempre en mi memoria.

He encontrado mi primer recuerdo ‘sexual’ (de corte heterosexual), si esto se puede llamar así, en aquellos ejemplares de la revista ‘Pronto’ que en su página central te regalaba unos centrales -a doble página- chulísimos.

Había junto a mi cabecero, toda la formación de ‘Los hombres de Harrelson’, un super póster de ‘Spiderman’ y toda una lujosa, amplia y multicolor colección de recortes, fotos y dobles páginas de ‘Pronto’, de la primera chica que entró en mi vida: Farrah Fawcett, la rubia más espectacular de «Los ángeles de Charlie». Quizá antes, con algo meno de edad, la rubita de ‘Abba’, me gustaba también. En fin 7 u 8 años, no más.

Recuerdo bajar los viernes para ver el ‘Pronto’ que mis vecinas, Angustias y Juana, compraban en el quiosco. Como viniera ella, desgrapaba la hoja central y al cuarto del «Cuéntame» (dormíamos los tres hermanos en dos camas).

Todo esto pasaba mientras llegaba el año 79-80, año en el que dejamos el pueblo, Torredonjimeno, y nos fuimos a la capital: Jaén. Menudo cambio.

Por su lado, era la Nochevieja de 1983. Pasadas las dos de la mañana, Martes y Trece, cuando era tres, anunciaban el nuevo vídeo de aquel cantante negrito, llamado Michael Jackson, que había dejado de ser uno de los Five para comenzar una más que destacada carrera en solitario. Menudo miedo. Acojonaditos nos quedamos todos los púberes de la época. Y no sólo por el susto que nos metió en el cuerpo el negrito bailarín; es que desde que el estreno de aquel vídeoclip -menudo nombrecito- ya nada sería lo mismo, ni en la música, ni en sus soportes audiovisuales.

No he sido muy fan de Michael Jackson pero sus canciones siempre me gustaron. Sus vídeos musicales eran estrenados como grandes estrenos cinematográficos y en particular, me gustaba la canción ‘Dirty Diana’ -quizá la más rockera de toda su producción musical- y el vídeo en el que bailaba como Naomi Campbell, ‘In the closet’, un tour de force, entre el bailarín-cantante y la reina de ébano.

Sin embargo, se nos ido bajo ese «malditismo» que ha perseguido a determinadas estrellas, ahora mitos, como Marilyn Monroe, Jim Morrison o Elvis Presley. Michael, sin desearlo, ahora es ya parte de ese club al que han accedido tan pocos a lo largo de la Historia.

La ángel rubio y el negrito que quiso ser blanco, han decidido irse de este mundo para llenar un poco más ese cielo cosmogónico, que aumenta con la desgracia personal de nuestras estrellas humanas. Ya no habrá, jamás, dos como ellos.

Descansen en paz…

 

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