Cierto es que no sé porque extraño motivo éste será el título de mi próximo libro. Él saldrá de aquí. De este blog; de este escaparate; de esta pila de bautismo, confesionario y hasta Ganges purificador.

Será algo distinto porque sólo tendrá minis… o sea, relatos muy breves. No más de catorce o veinte líneas. Sólo prosa. Cincuenta historias con vida propia. Espero formatear algún inédito o bien confeccionar, cortar y coser alguno nuevo que vea la luz con la descarga del librito en formato digital.

Una cuarta parte… como aquella de La bola de cristal, el cuarto protocolo, el cuarto de la plancha  o los cuatro jinetes del Apocalipsis. Cuatro motivos, cuatro pilares o cuatro intentos de suicido. Pero, siempre, con las botas puestas. Como el gato o los que murieron con ellas frente a los indios que, en realidad, siempre fueron los buenos.

Ahora ya no hay buenos o malos. No nos jugamos nada. Sólo presentes y ausentes. Y como el yo que escribe siempre está ausente, qué mejor que hacerse presente a través de las letras impresas en un libro.

Alguien hablará así de nosotros cuando hayamos muerto… porque ahora, pese a respirar, provocamos silencio en los presentes y recuerdos en los ausentes.