El Opel Insignia se estrenó en la ciudad del caos

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El pasado jueves, 30 bloggers, 5 artistas callejeros, 2 videobloggers, tuvieron la oportunidad de estrenar en exclusiva el nuevo Opel Insignia. Sin duda quiso una apuesta diferente por parte de los organizadores a la hora de implicar a estos nuevos agentes marketinianos. Los blogs, le pese a quien le pese, son cada día más importantes e influyentes.

El ánimo era el mejor. Tal vez hacía demasiado frío – no pasamos de 2º-. Pero lo que sin duda, a mi más me disgustó -conmovió- es ver como millones de criaturas regalan su maravilloso tiempo en momumentales atascos en esa ciudad fáustica que se llama Madrid. El caos se apoderó, durante casi toda la tarde-noche, de esa gigante urbe que come y caga coches.

El evento comenzaba a las 19 horas. Salí a las 18 horas de Torrelodones. Llegué la Ciudad Universitaria, -sólo 25 kms de distancia- punto de destino de mi periplo, a las 19.05. Allí junto a Javier de High Motor y Álvaro de Paso por curva, esperamos a nuestro Opel Insignia y su chófer hasta las 19.40 horas. Casi nos congelamos.

Tras intentar superar alguna de las pruebas que nos había propuesto la organización, los performances callejeros a los que había que localizar, se largaban a las 20.30 horas. Por tanto, no pudimos hacer casi nada. Los tres condujimos algo más de 10 minutos por barba, sin poder pasar de 2ª marcha. ¿Qué decir entonces del coche? Y aún así, tardamos otra hora más en llegar al Rock and Loft, donde nos esperaba lo mejor de la noche. Invertí más de 3 horas y media (210 minutos) para poder conducir sólo 10.

Allí, flashes, alguna actriz famosa, blogs muy influyentes, y la mismísima Pilar Guridi, directora de comunicación de GM España -con la que departí un buen rato-, en una fiesta que resultó ser lo más y mejor del evento.

A los organizadores no hay que ponerles pero alguno. Hay que felicitarlos por el arrojo y decisión a la hora de arriesgarse y exhibir, sin trampa ni cartón, un vehículo nuevo con la que está cayendo.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que Madrid – y sus alrededores-  es la peor ciudad de España. Se ha vuelto osca, agresiva, aburrida, crispada, atacada, preñada de miles de controladores, policías, agentes de movilidad, etc., que dan la sensanción de militarizar con uniformes municipales, la otrora ciudad de la Movida. Francamente, una pena. Y un asco. Sí, así. Sin pelos en la lengua.

Este evento, bien planteado, bien organizado, bien enfocado no puede quedar deslucido por empeñarse en hacerlo en una ciudad que ya no invita a nada.

¡Perdón! Sí, a una cosa: a olvidarla para siempre.

* En la foto, Javier y Álvaro, en plena prueba.