Creo haberme referido ya a esta cincunstacia en más de una anotación. Sí. Se trata del poder iconográfico – y real- que empiezan a tener las cuarentañeras y por extensión, las cincuentañeras. Insisto, me he sumado a quitar ese aspecto negativo a las palabras cuarentón y cincuentón.

Ejemplos: la actriz Marisa Tomei, con 44, fue elegida el año pasado como el mejor desnudo femenino de 2007 en la pantalla grande por la película Before the Devil Knows You’re Dead.

Pero es que ahora llega Playboy y va a cerrar el años 2008, con una portada sin precedentes: Carol Alt de 48 años (01/12/60). Es la primera vez que esta revista, en su edición americana, lleva a su portada a una modelo con esa edad. El rostro como era conocida, consiguió en los 80, más de 500 portadas de revistas.

Este gesto, sin precedentes, da una vuelta de tuerca más a la imparable extensión del tiempo a favor de la mujer y cómo, día a día, se aleja de esas imágenes caducas, que muchos hombres de más de 45 dan (abandonados a los efectos de la barra de un bar). Es una buena noticia. Y más para un amplio sector de la población femenina que ve como los iconos en los que fijarse no son las fotosopeadas chicas de 20, si no actrices y modelos que se mueven en la década de 40 a 50 y que no les hace falta retoque alguno para lucir espléndidas a esa edad.

Ellos, nostros, deberíamos tomar nota. Otra vez.