Diario IDEAL 28 octubre 2009

¡Por fin! Creo que mis plegarias civiles han tenido efecto. Este fin de semana he visto a Miss «Little Paja», o sea, Pajín, Dña Leire, compareciendo en CNN+ en el programa ‘Cara a cara’ y debo decir que, gracias al más seglar de todos los cielos, ha elegido bien a su estilista. Con unos toques tipo Patri Conde, la «pijipresentadora» de La Sexta, ha conseguido limar su evidente frontispicio ateniense que presidía su ovoide «face». Veremos si cuando acceda a ser senadora y se embolse algo más de diecisete mil ‘monigotes’ al mes, fueraparte viajes, no olvida a este estilista. ¿O será una estilista? En todo caso si la pasta es para esto, bien gastada está. Mis bendiciones… -siempre civiles-.

Para «estilako», el bellezón ruso de Yelena Isinbayeva que llegó a Oviedo para recoger su premio ‘Príncipe de Asturias’ embutida en un «nude second skin», o sea, un vestido color carne que provocó algún infarto visual. Y yo que suspiré al verla. La pertiguista rusa, al regresar de recoger su galardón, provocó que todos los que estaban en la mesa presidencial con cara de palo, dejaran caer sus ojitos de forma «doucement». Hasta Dña Leti miró -que te vi- la parte trasera de la deportista. Una pregunta recorrió la mente de los presentes: ¿era culo o cola? ¿carne o «nude second skin»? Desde luego para quitarse el sombrero con Yelena. Y yo me quitaba las ropajas para que me zarandeara en la colchoneta pertiguera con efecto croqueta revolcona.

Con estilo ha posado la «family» más «happy» del mundo. Los Obama se han dejado retratar por la «banquirrota» Annie Leibovitz que, gracias a sus manías de fotógrafa interplanetaria, ha llegado a La Casa Blanca para tirar de objetivo y publicar la foto «obamita» sin derechos de autor -cercanos a los Creative Commons-. Un regalo para Flickr que no se ha visto sacudido por las largas garras del papi que montó el numerito de las vástagas «guasintonianas» (no de guasonas sino de washingtonas, como las naranjas de mi abuela Cele).

La foto de Leibovitz -tipo postal, no lo niegues Anita-, con dos menores -¡uy!-, recoge -eso dicen- el equilibrio de poder que existe en el matrimonio Obama. Él, de blanco níveo, con su hija Sasha vestida de «blancopaz», mientras que su adorada esposa Michelle, de negro «torosborne», marca tendencia negroide con su hija Malia, eso sí, sin llegar al espantosamente ridículo del zaíno gótico hispano.

Para que luego nos digan que es lo mismo conducir que conducir. Que no es lo mismo. Que no es lo mismo que te fotografíe la arruinadísima norteamericana, que el mayordomo de la Bernarda, que dicho sea de repaso, era prima de la Tota. ¡Es así! en Jaén es muy típico tirar de estos personajes históricos -made in Wikanda- para ilustrar lances varios.

Pero de toda esta crónica, ya lo sabes, pícaro lector, me «kedo» con la k de la «nude skin» de Yelena. «¡Estilako!» insisto.