No me lo puedo creer. Estas peperas están que se salen. No sé si es que quieren irse al centro – al que nunca llegan- o es que, verdaderamente, tienen alma de celebrities. Ya nos pasó con la bella concejal de Lepe, María Dolores Jiménez, que se tiró al barro de la desnudez, primero en su pueblo y luego en interviú.

Posteriomente, la mismísima Esperancita afirmó que ella también querría posar desnuda como la concejal de Lepe.

Y ahora, intimísssssima Soraya, sí, la misma Sáinz de Santamaría que fustiga a socialistas y demás maripandi del arco congresual donde abunda el absentismo laboral, las barrigas cerveceras y el tráfico de influencias -puesto en escena en el Palace, a escasos cien metros del Congreso-, se confiese a Nieves Herrero para el Magazine de El Mundo, y va y posa en lencería negra, sexy y, dicen las féminas que he oído esta mañana, que hasta guapa.

Me parece buena idea. No por Soraya -también me pareció ideal de la muerte el reportaje Vogue de las ministras de Zapatero– sino porque las mujeres pueden presumir de ser eso: femeninas, sexy, sentirse bien y si encima, posas y te sacan bella, mejor.

Otra victoria femenina.