Horatio, arcángel justiciero

Ruega por nosotros. Líbranos del mal. Horatio. Miamero de mi alma, no me dejes ni de noche ni de día y sálvame para que me siente junto a tu incansable mirada de arcángel justiciero. Héroe de pobres, amante deseo de frígidas cocainómanas y sostén de tetas, paraísos, forenses, parientes, mafiosos…

Gürtel, Don Vito, El Bigotes, el trío calavera, y Camps ‘elqueadoraefebos’, sudan gotas de sangre que se descuelgan por sus escrotos lamidos por putas de lujo -unos- y lenguas masculonas afiladas ligeramente afeminadas -otro- en el Mediterráneo al saber que te rezo.

Horatio, abandona a Gloria Steffan y su banda, y arregla la banda de Rubalcaba y sus secuaces chivones, chingones y partecojones. Te dejo que dispares y que te pasees con tu Hammer por la Gran Vía, con gafas de sol a media noche. Sabes que si pierdo algo, hace años que despedí a San Cucufato. Ahora los güevos se los ato a San Zapatako, ladrón que cree que todos son de su condición.

Ellos merecen tu placa, tu plaga. Eres placa y plaga. Azote de zoquetes. Azote de mangantes. Azote de azotes que buscan injusticiar a los justiciables. Horatio de mi vida y de mi corazón. Eres mi salvación, Eres la salvación. En mi flashfoward, me sentaba, por fin, a tu diestra. La siniestra siempre me ha dado miedo.

* Vuelatecla amatoria a mi héroe del siglo XXI: Horatio Caine.