16
2009La sombra
Una enorme sombra preñaba la estancia. Sin embargo, su única moradora viva, sabía que tras ella llegaría la luz. Había una señal tras la mancha oscura que apenas dejaba trabajar a su iris. Era cuestión de esperar algunas horas más. Llevaba así… -¿cuánto tiempo?- se preguntaba. No lo recordaba. Incluso crecía, seguno a segundo. La sensación de que su vista se marchaba poco a poco, como esa ristra de emigrantes que se suben al tres de forma cadenciosa pero inexorable.
Los golpes la sacaron de su letargo.
– Señorita no se preocupe. La sacaremos de aquí – gritaban los rescatadores.
Sin embargo, aquel hachazo le hizo saber que nunca volvería a distinguir la luz de la sombra. Un cuarterón reventado, hecho mil añicos, vino a taladrar como un enjambre desbocado de alfileres toda su cara. Incluidos sus ojos.
*Foto: Darren Holmes
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