Feb
12
2009Lego ergo sum
No piensen los lectores que me ha dado un ataque extraño de «latinazo» o que lanzo un grito« antologsiano». Se trata de la versión adaptada del «cogito ergo sum» de Descartes. Claro que sé que pienso, luego existo. Pero da más sentido a mi vida esta versión: leo, luego existo.
Leer, actividad que no recuerdo cuando empecé a ejercer, es la mayor de las acciones que permiten reafirmarme como ser humano, libre e inteligente. Dicen, por ejemplo, que el escritor «es» cuando es leído. Es decir, el lector ejerce como una especie de «dios» que da vida. Al mismo tiempo entra en ese enorme universo inabarcable que sugieren las letras ordenadas en forma de palabras que, unidas, una tras otra, generan frases, y de estas frases nacen artículos, historias, ensayos, reflexiones, poemas, etc.
¿Pero toda esta retahíla para qué? No sólo los titulares de los diarios están para coger una cuerda y ahorcarse -afloran los suicidios y caen hasta las ventas de pintas en Gran Bretaña (un 8,3% en el último trimestre de 2008)-, sino que, después de llevar cinco años, desde Andalucía, implicado personalmente en esto de promocionar la lectura, ahora van y nos dicen que España, «ergo» este país, lee menos. Así lo refleja la caída del índice de lectura en 2,2 puntos en 2008. En 2007 el 56,9% de los españoles se declaraban lectores habituales, frente al 43% de la población que no lo hacía nunca o casi nunca. En 2008 un 45,4% de la población asegura que no lee casi nunca. ¡Tela!
El perfil del lector -mejor dicho, lectora- español/a se consolida como mujer, universitaria y joven, que prefiere la novela, lee en castellano y en casa, por entretenimiento.
Tal vez haya que consolarse, por la parte que nos toca, ya que 10,5% de la población lee o descarga literatura a través de Internet, y un 9,2% participa en blogs o foros sobre libros o temas literarios. ¡Excelente noticia!
La media por Comunidades Autónomas está en un 54,6%. Los tres últimos lugares los ocupan, por debajo de la media lectora, Andalucía, con un 50,1%; Castilla La Mancha, con 48,6%, y a la cola Extremadura con 47,8%.
Sin duda, decepcionante, pese a todos los esfuerzos. El ciudadano español se pasa una media de 227 minutos diarios ante la caja tonta, mientras que casi 20 millones de criaturas no ejercen casi nunca el legítimo derecho inalienable de leer. ¡Qué decepción! Eso explica algunas de las cosas que nos están pasando.
Pero para no pecar de «neoalarmista» me quedo con una frase que dijo, ya hace años, Ernesto Che Guevara: «Un pueblo que no sabe leer ni escribir, es un pueblo fácil de engañar».
Convendría que tomáramos nota.
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