Mal joder

Jander intentaba acabar de liar su último porro. Aquella ‘maría’ se la pasaron desde la parte oeste del Cabo. Cabo Trochas, donde hay más policías por metro cuadrado que políticos figurones en una inaguración. Joder qué buena estaba, la maría y aquella mulatona con un culo colosal que se la entregó. La pasé con ella ¡aquí! le dijo, señalando el centro de su universo anal. Jander, con tiempo, se la habría follado. Intensamente, sí. Y aquel centro anal -y universal- habría sido su particular lanzadera para regarla en un viaje hacia la Vía Láctea.

Joder qué buena estaba. Al pasar la lengua por el filillo peguntoso del papel, una gota de sudor se detiene en la punta de su nariz. Un puto porro. Me debí fumar un puto porro y no follármela por donde siempre y dejarla preñada.

Jander sólo pudo dar dos caladas a su canuto recién hecho. Una hoja afilada -45 centímetros de acero-, le abrió el cráneo por la mitad. Y es que el papá de Juani ‘cachetitos de miel’ tenía muy mal joder.