¡Ay Amparo!

Llevo semanas gastándome los ahorros de 2012 en el gym para que mi cuerpín se ponga a gusto de los tiburoneros, piscineros y playeros de tanga y medio. Amparín, que no me llega la ropa al cuello cuando veo mi frigo más pelado que la bisectriz  de cualquier celebrity que toma el sol en Mar del Plata. Que no tengo ni para recauchutarme más, ni para refinar mis más que finos y requetefinos labios superiores. Que ando, Amparo, sólo con la posibilidad de prestar mis huesitos para una promo de chocolote o bien que me arrimes, un poco, a la butaca de tu saloncito y pille ese calor que tú solo sabes dar(me). Es igual si estoy up o down… pero give me, give me a man after midnight… que el vibrador de mi móvil se ha quedado paraliticado.