Sabe a algo desconocido. Sin nombre. Inventar el nombre es tarea entre ciclópea y eisteiniana. Con la comba perdida por la falta de ritmo, es complicado inventar afirma el epitafio del escritor manco. Pese a su mancura le encanta ver como se hace eso de limarse las uñas… de las manos y de los pies. Manicura. Eso. Una nueva sensación de la que nadie debería ser privado, como la de la libertad.

Como la de estar sentado, cojo, manco, sordo, pero nunca ciego. Sólo para mirar. Sólo para observar.

Si te estás quieta a todos los infinitivos le pondré (te)…