‘A relaxing cup of café con leche’

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Diario IDEAL, 11 septiembre 2013

Desde que nuestro ‘zero Zapatero’ hiciera el ridículo en Wall Street o en aquel mitin en Francia con su ‘Frans vote uí’, nada me había dado tanta vergüenza ajena como lo ocurrido este pasado fin de semana en Buenos Aires. Yo quería un Madrid olímpico. Lo quería, lo deseaba porque sé lo que habría traído este tipo de eventos a una ciudad como Madrid y un país como el nuestro. Se puede discutir si hay o no generación de riqueza o puestos de trabajo, pero los JJOO son un evidente punto de inflexión en la historia de aquellas ciudades y países organizadores. El ejemplo de Barcelona es obvio. Al margen de ello, miles de excelentes deportistas que no dependen de la pasta que generan los peloteros, ansiaban esos JJOO para poder ver incrementadas sus posibilidades económicas y por tanto deportivas. Y así dejar de ser invisibles. Sin embargo, España ha contado tantas mentiras desde 2007 que nadie nos cree. Lamento el papelón que tiene que soportar el Príncipe de Asturias, políglota y con una manifiesta preparación de primer orden, al codearse con la bandarra de politicastros que nos toca aguantar en estos años difíciles y encima posar con ellos.

España seguirá siendo pelotera como lo son muchos de los países que no tiene otra cosa que darle a su famélico pueblo que docenas y docenas de horas de tapiz verde y con tíos corriendo tras una pelotita redonda y blanca. Aquí, además, hacemos y criamos tripa con ello. La obesidad empieza a ser preocupante en nuestro país (segundo del mundo en obesidad infantil). Porque España ha decidido ser y seguir siendo mentirosa. Y lo peor es que no oculta sus mentiras. No oculta que tenemos la clase política más desvergonzada del planeta (aquí no meto ni a países estalinistas, árabes, y/o