¡Ay María!

¿Quién diría, María, que te iba a conocer?

¿Que me dejaría embriagar con el color verde de tus ojos
o las hojas de tus manos, me taparían cada noche?

¡Ay María!, María, como todas las Marías,
virgen y extraña…
violas mi intimidad al meterte en mis entrañas
y te dejas caer en mis pulmones para sacar
con el exorcismo los fantasmas que aún sobreviven
y que descansan sobre mis pies.

¡Ay María!, mi María, Mariquilla o Mariquita.

¡Mariquita Núñez!

Escrito por Fernando R. Ortega -Vagamundos- a las 0:32

Hay 2 comentarios de este artículo

vagamundos
Por algo se empieza; se inicia con un besito y luego te comes el cuerpo entero.
(17/05/2006 – 16:03) fernando@publicatuslibros.com

Hector A. Ortega -Vividor-
el q te la presentó que tiene lazo sanguíneos contigo y la otra que escribe están de acuerdo!!!
(17/05/2006 – 13:38)