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2006Buceando en mi recuerdo
Las horas negras de la noche, acogen las oscuras aguas del recuerdo.
Te acoplas tu traje de neopreno y agarrado a una burbuja invisible,
arrancas de forma compulsiva una inmersión en el océano de tus ayeres.
Las piedras de aquellos callejones forman extrañas figuras en el fondo
y los suaves besos de tu madre se trasnfiguran en pompas de óxigeno
que acarician levemente tu rostro.
-Los pies de ella. ¡Corten! ¿Es de este sueño? Sí. Peces guiándote-.
Aparecen los libros, Dña Carmen, Bécquer, Andersen, Machado, olivos, el carbonero, el barreño de zinc… refugiados en un pecio abandonado a la suerte de las corrientes más frías… sin embargo, sus miradas siguen siendo cálida.
Silencio. Tu corazón marca el ritmo del viaje en la noche submarina.
Más abajo, todo está negro. Es el futuro.
Sus piernas aparecen tras esa roca formado por los fantasmales esqueletos de un edifico preñado de ejecutivos afónicos que se derrumbó. Y Loquillo suena de fondo invitando de nuevo a su rubia a pasar un rato en su asiento de atrás. Y piensas que nunca tuvista un Cadillac… pero sí un R-8 que luego fue un R-5.
Los ángeles cantan al fondo de aquel túnel formado con flores calcáreas de la corona que no yacerá sobre tu tumba porque las cenizas volverán al mar, de donde surgí y donde volveré para fundirme con mis recuerdos.
Con mis despresurizados y perpetuos fotogramas acuáticos que cada noche se forman en las crecientes bolsas de mis ojos.
¿Lágrimas?
Tantas, como para llenar todo un mar de océanos.
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