Llevo en 'crisis' desde 2009. Y sigo mi camino. Y tú ¿cuántas crisis has pasado desde septiembre de 2009?

¿Dónde estabas en 2009?

¿Dónde estabas en 2009? A veces la historia personal se empeña en proyectarnos una especie de ‘déjà vu’ que evidencia que si algo pasa una vez, se puede repetir. Septiembre de 2009. Cerramos nuestra empresa. Ittakus. Llegamos a trabajar 8 personas en ella de forma directa y otras tantas de forma indirecta. Pocos saben lo terriblemente doloroso que es cerrar una empresa. Mi hermana y su marido, emprendieron aventura en Londres. Yo me subí a una Harley Davidson y fui desde Málaga (España) hasta la isla de Zante (Grecia) donde estaba mi padre. En aquel viaje iniciático, ILOVEACEITE vería la luz. Aquel septiembre de 2009 empezaría una larga travesía del desierto tras invertir mis únicos 5.000 euros que tenía ahorrados en poner en marcha mi nuevo proyecto. España y su economía se desmoronaban. El Partido Socialista Obrero Español, gobernaba. Ese partido nos llamaba ‘antipatriotas’ a los que ya en 2008 atisbábamos la debacle. Esa crisis ha durado muchos años. Casi sin salir de ella, el mismo partido, ha llevado a España a convertirse en el mayor laboratorio social del mundo. 2020. Pero esta vez, la crisis (y lo que queda), me ha cogido a muchos kilómetros de distancia. Y mucho más preparado que en 2009. Preparado en vida. Sí, vida. No sólo porque 2009 me dejó con una mano delante y otra detrás, sino que supuso un despertar de cambios que me ha traído hasta donde estoy. Jamás antes viajé solo hasta aquel septiembre de 2009. Luego viajaría, sin compañía, hasta la China más profunda, por ejemplo. Nunca había emprendido nada solo, hasta aquel septiembre. Incluso mi madre no confiaba que llegara con un simple mapa de papel pegado en mi cubredepósitos. Y llegué a Zante. Me perdí en la noche de L’Aquila (Italia) buscando el hotel. Sin gps. Acabé en una estación de bomberos y allí, a la antigua usanza, me indicaron cómo llegar. Y llegué. ¡Claro que llegué a Zante! Y mi padre me esperaba en el puerto y mientras el barco abría las puertas de su bodega, yo me decia escuchando ‘Extrem ways’ de Moby -¡Lo has conseguido, Fernando, lo has conseguido!-. Luego vendría Polonia, Gran Bretaña, Honduras, Alemania, Hong Kong, NY, China, China, China (y no sé cuántas veces más, China). Y por fin, EEUU. Mientras, mi hermana seguía en Londres, de nuevo me enrolaba en otra aventura en solitario y crucé el charco para ‘vender aceite de mi pueblo’. Enero de 2016. San Antonio. Maleta verde y $600 en mi bolsillo. El resto es conocido. Hoy mi hermana vive en Berlín (Alemania) y yo asisto, desde la distancia, atónito, al espectáculo patrio. Ella y su marido están muy bien. Yo también ¿Y todo esto para qué? Para estar en el lugar adecuado, en el momento adecuado. Y somos muy afortunados. Aquella crisis me trajo hasta dónde estoy. Aquella ruina me trajo hasta esta abundancia. Aquellos miedos, desaparecieron para siempre. Hoy miro esta foto y me doy cuenta que sigo sin tener nada que perder y mucho que seguir ganando. Podría llamarlo libertad. Podría ser libre albedrío. Tal vez elección. Quizá actitud. ¿Desafío? Sobre todo, ausencia de miedo (Punset llama a esto felicidad). El otro día hablaba con un veterano de la Guerra de Vietnam, lo mismo que he hablado con un amigo que ha estado en la cárcel. Me contaban experiencias que te dejan atónito. Por intensas, por humanas. Y su respuesta ante el virus, ha sido la misma: ‘fuck virus!’. Mi experiencia vital es enana, diminuta ante estos testimonios, pero si algo tengo claro es que no llegué hasta donde estoy, pasando todo lo que he pasado, para vivir con miedo. Llevo en ‘crisis’ desde 2009. Y sigo mi camino. Y tú ¿cuántas crisis has pasado desde septiembre de 2009?
(San Antonio. Mayo 19. 2020)