El hombre que no soy

Mirando al espejo he descubierto que no soy: no existo.

Hasta ahora he sido una calcamonía mojada e impresa en esta carne.

He vomitado todas mis frustaciones, complejos y miedos para darme la vuelta y ver qué hay dentro de mi.

He girado mis pensamientos abriendo mi mente con una sierra eléctrica, despedazándome hasta llegar a convertirme en nada, en lo que soy.

Dejaré pudrirse mi carne y cuando sea ceniza, en ella un árbol plantaré.

De su fruto saldrá un hombre que, simplemente, será.