Exilio

La escritura de poesía sólo es posible cuando el poeta se exilia de sí mismo. El que escribe es otro, un desconocido.

Juan Gelman

He perdido el pasaporte. Seguro que al llegar a la frontera me preguntarán quién soy, a qué vengo a este extraño y recóndito país. Apenas, si tengo 200 euros en la cuenta para el resto de mi vida. Al menos, desde aquí, se ve que en el control están dos policías; ellas. No puedo leer lo que  llevan inscritas sus placas. Pero atisbo, tras ellas, pezones duros y color chocolate.

– Buenas tardes. ¿Pasaporte? ¿Motivos de su visita?

– Señorita he perdido mi pasaporte en el trayecto. Quiero exiliarme en este país, como sus libélulas. Por eso, verá, vengo desnudo, como Usted. Además, en su placa indica «Si lee estas letras es que no me está mirando las tetas, poeta». Y yo lo soy.