Flores

A veces tengo la sensación de que me deshojo; otras que me dejan entre páginas para que me seque; la mayoría de las veces que me regalan o que me filtran para hacer olorosos. También las hay en las que acompaño en el sentimiento o me subo a un cajón para después bañarme en vino con burbujas.

Haberlas, hay más… me engarzo en manos con colas blancas; subo a los escenarios con barítonos o actores. Me colocan en jarrones, televisiones, mesas,  botes,  vasijas… me presentan en coronas o ramos; me llevan en coches, bicis, andando o subidos en esos vagones oscuros de metro y hasta los desconocidos me regalan si hueles bien.

Llego al fin del mundo con mi prima interflora

pero lo que más me gusta de ser flor es cuando hablas en silencio y me eliges para decorar la sagrada línea de tus glúteos.

*******************************

¿Te apetece leer y votar el relato Desde anoche?

*********************************

Flores

Recuerdo aquel anuncio en televisión que decía "si de repente un desconocido te regala flores…". En este caso no es el efecto del desodorante, sino del mes. También acuden a mi memoria aquellos años escolares, en los que el mes de mayo era especial.
La última hora de clase duraba unos diez minutos menos. Nos sacaban a todos los cursos ordenados por filas, desde primero hasta octavo, es decir, en ocho filas, de pequeños a mayores, a cantarle a la Virgen aquello de "con flores a María" y Doña Carmen, mi maestra, haciendo el coro.

Por supuesto era un honor que algún día del mes de mayo, lleváramos a esa misma Virgen o a la clase, un par de flores: rosas, margaritas, claveles. Había casi una competición en el cole para ver quién llevaba las flores más bonitas y originales. Creo que eso se ha perdido. Al menos no tengo constancia de que mis hijos, en esa misma edad escolar, hayan planteado esa necesidad: la de llevar flores a su clase. Ahora se piensa más en la "Play" y en la "pasta". Mayo vacío.