Go West!

 

 

Diario IDEAL, 18 marzo 2015

Hoy llego a este rincón para despedirme por una par de semanas porque me voy al Oeste. Sí, al Oeste de verdad. A ese Oeste que sale en las películas y donde los hombres se llaman cowboys. ‘Go West’ cantaban los Village People, pero su West no era el mío sino que ellos hablaban del que les esperaba en San Francisco, cuna en aquellos tiempos de las explosión por ejercer libremente la (su) homosexualidad. Y es que, nos guste o no, USA tiene mucho de eso, mucho de libertad, de libertad ciudadana, de ‘civil power’, donde hay que demostrar (y puedes hacerlo) que vales y que vales mucho para poder llegar lejos (siempre en libertad). ‘We will fly/ tell our friends goodbye/ we will star life new/ this is what will do’ o sea que volaremos; despídete de tus amigos porque vamos a empezar una vida nueva. Así. Yendo al Oeste. Y tengo la sensación de que este letra es presagiosa, porque voy con la firme intención de apuntar cada detalle para ver si la paz que veo a través de los ojos de mi hijo, la grandeza de sus paisajes abiertos, limpios, gigantes, sirven para empezar una nueva vida y hacerlo (‘Life is paceful there/ lots open air/ to begin life new/ this is what we´ll do’).

Recuerdo la primera vez que vi ‘El hombre que susurraba a los caballos’ que se desarrolla en Montana, estado limítrofe a Idaho, donde voy en esta ocasión, no sólo volvía a enamorarme de Kristin Scott-Thomas, esa belleza tranquila y anglosajona que despiden sus enormes ojos, sino que la vida que llevaba Robert Redford era de lo más envidiable porque, llegados a un punto en nuestras vidas, todo deberíamos dar ese giro que nos llevara a miles de kilómetros de distancia para que, a sabiendas, disfrutar de una nueva vida, plena, espléndida, sin ataduras, ni móviles, ni ordenadores; en su caso, sólo caballos, rancho, vacas y montaña, mucha montaña. Libertad.

Yo no sé si aspiraría a todo eso porque me veo más en la proa de un velero de doce metros de eslora, navegando a sotavento dejándome llevar hasta donde los héroes helénicos dejaron sus pisadas imborrables en la arena, pero desde luego no voy a dejar pasar la oportunidad de explorar todos y cada una de las oportunidades de cambio que me ofrezca la vida. Y sin son radicales, los haré. Ya lo he hecho y lo seguiré haciendo. Nunca me ha gustado esa zona de confort en la que nos aburguesamos dejando la vida pasar, día tras día, en monótonos clones de veinticuatro horas. Yo no vine a este mundo a hacer eso. Lo sé y cada día estoy más convencido de ello. Y cumplo ciclos, como el que acabo de cumplir, siendo consciente que estoy en el inicio de uno nuevo, diferente y que seguro me llevará lejos. No sé si al Oeste, pero lejos, muy lejos.

Pero mientras pasa todo eso -y lo contaré aquí- vamos a tener la suerte de disfrutar del sol de aquellos cielos azules, inabarcables, con prados inacabables y bosques vírgenes, por donde correremos, montaremos a caballo, bailaremos country y disfrutaremos de las hospitalidad de las gentes del Oeste americano que tanto cariño, amor y calor le están dando a nuestro hijo que está madurando en ‘patalandia’. Todo eso y mucho más es todo lo que haremos (Sun in winter time/ we will do just fine/where the skies are blue/this and more we´ll do’) y espero, a mi regreso, poder contarlo. ¿Un regreso temporal?

Tal vez, porque soy más de ir que de volver, más de avanzar que de dar pasos atrás, más de buscar el horizonte que buscar el amanecer, más de correr y subir montañas para estar más lejos y más alto que en vez de anidar en sofás televisivos, más de cambiar que de permanecer, más de divertirme que aburrirme, más de navegar que observar la permanente decadencia de unas inmutables escaleras, más de descubrir que de tragar, más de comer que ser amamantado, más de vestirme por lo pies que ser uniformado, más de pensar por mí mismo que ser oficialmente informado, más de morir con las botas puestas -y de pie, siempre- que vivir toda la vida descalzo y arrodillado. Then, let´s go West!

 

*****************************************

Créditos de la fotografía by Vagamundos

Modelo: Pilar (La Reina del Low Cost)

Vestido: Chollomoda

Cartera: Roberto Verino

Chauqtea: Desigual

Zapatos: Outlet Blanco