Han asesinado la provincia

 

 

Diario IDEAL, 12 septiembre 2012

 

Este pasado fin de semana he tenido la oportunidad de recorrer la provincia de Jaén, como un turista más. Sin prisas y con la sana intención de disfrutar todo lo que he podido. La verdad es que la provincia de Jaén ofrece al visitante una impresionante oferta histórica, gastronómica, paisajística, etc. Sin embargo, la realidad es otra bien distinta. Tras más de tres décadas largas de democracia, la provincia de Jaén es una de las más castigadas por esa mezcla de políticos inanes mentales y una población que mezcla la resignación ante lo que acontece día a día.

Es una verdadera pena ver las estadísticas oficiales. Perdemos, por ejemplo, mes a mes, más y más turistas. Somos la última provincia andaluza en turismo. Puerta de Andalucía y con dos ciudades patrimonio de la Humanidad, y somos los últimos de Andalucía. Y la tendencia es a seguir bajando.

En la actualidad somos una de las tres provincias españolas con más paro, rozando el 40% y en el ámbito juvenil, ni lo sé, pero si en la Andalucía soviética, roza la media el 55%, en Jaén, estaremos por esos niveles. O sea niveles similares a muchos países africanos, en guerra o subdesarrollados.

Mes a mes, según las estadísticas oficiales, ocupamos históricamente, la última posición como provincia en constitución de nuevas empresas. Y así podía seguir tirando de cifras y letras, números y datos, para darnos en la cara con una realidad: hemos dejando que asesinen a Jaén. Hemos permitido que los políticos hayan socializado todas y cada una de las áreas productivas de nuestra provincia enmierdándolo todo de tal forma que se ha despilfarrado dinero público en proyectos, plataformas, iniciativas, empresas de las que nunca más se supo y de las pocas que quedan, me costa que su panorama es acongojante.

Hemos convertido a Jaén en una provincia repleta de empleados públicos al que ahora no podemos sostener entre tantas administracionzuchas que sólo han servido para darle pábulo a perdedores, incapaces, caprichosos, despilfarradores y paralíticos intelectuales. Los políticos han metido su mano, su nariz y sus ansias de salir en los diarios locales hasta tal punto que lo han contaminado todo, impregnando a todo y a todos, de ese tufo genuflexo que les gusta gastar para mayor gloria de ellos importándoles una verdadera mierda si éste, ése o aquel seguiría adelante con su proyecto. Se lo ha arrimado, ha salido en la foto y luego, hasta luego Lucas. Tramposos y mentiroso ellos, e imbéciles, burros e ineptos, éstos por dejarse embaucar así.

No hay que ser un águila para ver cómo se han desmoronado proyectos, cerrado empresas, embargados patrimonios, de gentes que creían que porque se contara con respaldo de la intoxicadora clase política jiennense, tendrías patente de corso. Y el resultado ahí está. Desde luego no descartes querido lector que esta banda de mediocres incapaces de generar una solo idea, diga ahora que las exportaciones de aceite, por ejemplo, han crecido en Jaén, gracias a su presencia, prestancia y elegancia, cuando es justo todo lo contrario. Si tienes un negocio, por favor no te dejes contaminar con esta gentuza. Te llevará a la ruina.

Más de tres décadas son un ejemplo de este monumental fracaso colectivo. Y eso duele. Duele mucho. Ver carreteras inacabadas, museos sin contenido, y oficinas, despachos, delegaciones, concejalías repletos de inútiles, mentecatos, perdedores e ineptos, duele aún más. Y nadie dimite. Y nadie asume que este fracaso colectivo es la condena histórica a seguir otros treinta años de abandono a mayor gloria de los que viven sólo y para los partidos políticos, su casta, su familia, sus enchufes y toda la parafernalia pública creada con estas magnitudes pantagruélicas. Y la prensa también es responsable por haber dado y seguir dando tanta importancia a estos seres incapaces de todo y capaces de nada. Los datos, fríos, insolentes ahí están. Y si no con mirar la realidad informativa diaria, nos daremos cuenta: partidos, sindicatos y administraciones. Punto. Y eso duele. Si pierdes unas elecciones no te quedas para ver si te dan un carguillo o no. Te vas a tu puta casa porque no te quiere ni tus votantes, pero no dejas, una y otra vez, que tu incompetencia intelectual siga preñando de inutilidad, año tras año a esta provincia que podría ser santo y seña en lo económico, en lo social, en los histórico, en lo cultural, en ocio y tiempo libre. Y sin embargo, tras más de tres décadas de democracia nada de eso ha pasado. Y nadie tiene la culpa. Y ellos, mucho menos. Hemos llegado hasta aquí solitos. Menuda gentuza.

Han asesinado la provincia y aquí estamos testigos, coadyuvantes, colaboradores y cómplices necesarios. Ya nadie levanta la mano para entonar el mea culpa. Aquí se lleva el ‘mea pilas’. A ver quien lanza el chorro más lejos. Y eso, duele. Duele mucho.