¡Levanta!

Ya transita la luz sobre el horizonte; los insectos mecánicos llenan de olor a planta pretolífera las descuadradas manzanas de la urbe.

Ya desfilan los infantes hacia su establo escolar.

Comienzan los progenitores a alienarse embutidos en trajes de celofán vendiendo su alma al mejor postor.

Las máquinas están conectadas, los sms´s comienzan su andadura espacial y mientras,
los sones del fin de semana suenan a melodía de lo que pudo haber sido y no fue.

Espérame en el cielo