Lo que no sale en los telediarios

Diario IDEAL, 22 enero 2014

Mis compañeros de la prensa conocen muy bien mi opinión al respecto. Sobra político y su ‘postureo’ egoísta y falta ‘poder civil’ en los medios de comunicación que es el que mueve y gestiona al verdadero cambio de una sociedad. Es decir, más protagonismo a los que son las estrellas diarias de nuestra realidad. Por eso, si en mis manos cayera una rotativa, te aseguro lector que el político estaría casi vetado. Porque unos señores que deben estar dando titulares cada día, durante las 24 horas al día, en algún momento exageran, mienten, ocultan, estafan, engañan… Sería sanísimo aprender de la prensa anglosajona que de esto sabe mucho.

Y esta introducción es. ni más ni menos, porque esta noche pasada (madrugada del lunes al martes) me he dado un baño exquisito de realidad en Mercamadrid. Una de las plataformas logísticas más importantes de Europa es un fiel reflejo de lo que no sale en la prensa, y sin embargo, nos hace la vida más agradable. Porque si tú te tomas unas tostada por la mañana tempranito en cualquier bar o compras el pan o huevos en tu tienda, mucha gente ha intervenido en este gesto tan sencillo que, muy a mi pesar, es obviado por casi todos.

En esta ocasión ha sido en la lonja del pescado. Allí entran una media de 500 toneladas de pescado al día. Desde las 2 de la madrugada un ejército de camiones, hombres, hielo, máquinas, agua, frío, eslabonan toda una sesión de práctica en Logística de la que no se enseña en la Universidad o explican señores encorbatados en esas conferencias con voces campanudas y que, afortunadamente, la realidad te la muestra con lecciones magistrales, a bien que seas una mijilla observador.

Todo tipo de pescado, que viene de los cinco continentes, es partido y repartido a lo largo y ancho de nuestro territorio nacional en mil y una forma. Imagínate lo que mueve una caja de 20 kilos de merluza chilena que llega por avión cada día a Barajas, de ahí en camión a Mercamadrid al puesto de Pescados López y Jabato y que acaba en una pescadería de Cáceres, cuyo dueño está a las tres de la madrugada regateando con Angel padre, el precio de ese kilo de merluza. El diseño de toda la operación desde que se pesca con ‘pincho’ esa merluza, hasta que acaba en la cazuela de mi amigo Rafa Prades, allá por tierras extremeñas, es simplemente maravilloso. Y nada de esto sale en la prensa diaria.

¿Te imaginas los hombres y mujeres que hacen falta para llevar acabo tan magna tarea? ¿Cuántos bienes y servicios se usan? ¿transacciones económicas? ¿agua, hielo, poliespan, barcos, anzuelos, hilo de pescar, electricidad, carburante, neumáticos, pilotos, conductores, comerciales, pescaderos, clientes, gas, ollas, aceite de oliva virgen extra? Es apabullante. Es acojonante. Es ‘awesome’ como dicen los guiris. E insisto: nada de esto sale en la prensa a diario.

Mercamadrid y en concreto el mercado mayorista de pescado, ha perdido en los últimos siete años hasta un 50% de su facturación. La crisis y las grandes superficies que trabajan con proveedores directamente, han mermado de forma notable esta escuela de hombres y mujeres que trabajan de noche, apenas duermen de día y que permiten que puedas ir a la pescadería de tu barrio a las 11 de la mañana para tener la mejor ‘pescadilla tripa americana’ del mundo.

Hombres y mujeres como Angel padre, que lleva más de 30 años en el tajo, que da empleo, de media, a diez personas al mes, que tiene a su hijo Angel enganchadísimo al frenesí nocturno de semejante