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2008*Mi definición de poesía
Me pide el compilador de esta obra, Leo Zelada, que, como introducción a esta participación, deje aquí, como colgando de un alambre, una definición de la poesía. Ciertamente que es una empresa complicada. Ya ha habido grandes hombres y mujeres que a lo largo de la existencia del ser humano, lo han hecho; o al menos, lo han intentando con mejor o peor fortuna.
Por tanto, no seré yo quien pretenda quedar por encima de Platón, Plotino, Gonzalo de Berceo, Góngora, Bécquer o cualquiera de los celebérrimos poetas del Siglo XX. Sí que es cierto que el escritor, de poesía o prosa, debe y tiene la obligación de contar la realidad que le rodea. Cierto que los nacidos en el Siglo XX y que cabalgamos de lleno en el siglo XXI, no somos ajenos a esta re-evolución humana que se sucede a la velocidad de la luz y que, sin duda, afecta a la poesía.
Ya nada es como antes o todo es como siempre. Al fin y al cabo, el hombre y la necesidad de escribir será siempre innata a su intelecto.
Por eso me atrevo a acabar conjugando los nombres y palabras que, en su día, han dicho Juan Ramón Jiménez, Ana María Matute y Juan Gelman.
Y es que la poesía es la búsqueda de esa palabra mágica que todos llevamos dentro y que al nombrarla es, toma cuerpo, se hace presente con el necesario viaje al exilio, cada instante, del «yo» escritor.
*Publicado en el libro Treinta poéticas (Lord Byron edicones. Lima. Octubre 2008)
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