Pentálogo del emprendedor

 

 

(Julio 2010) No será la primera y única vez que me refiera a esta figura con, aún poco prestigio social, gracias a la idea de que lo ‘público’ lo puede todo. Pero como quiera que ayer me tocó hablar de esto en el ‘2º Iniciador Jaén’ he aprovechado la ocasión para refundir en esta columna, mis cinco mandamientos/características/premisas… etc.:

1.- El emprendedor es un ser intuitivo. La intuición, como afirma Punset, es una fuente válida de conocimiento. Las mejores ideas, desde luego, no son fruto de largas y reflexivas jornadas sino de explosiones de emociones alejadas de lo racional. Y ahí, como una chispa que prende la mecha de un cohete, entra la intuición. El gran cazador intuye los movimientos de su presa. Eso lo hace grande, efectivo y, a veces, fracasado. Así es el emprendedor.

2.- El emprendedor es un excelente corredor de fondo. Murakami recoge en su libro ‘De qué hablo cuando hablo de correr’, la cita que un corredor anónimo llevaba en su camiseta: ‘el dolor es inevitable; el sufrimiento es opcional’. El emprendedor sabe que el dolor existe, el fracaso existe, los reveses existen. Pero de lo que no hay duda es que pese a ese dolor, inevitable, está el sufrimiento, sufrimiento que sólo afecta a aquellos que optan por ser corredores de fondo: sufrir en las horas de entrenamiento, en las horas de soledad pariendo proyectos, mirando las cuentas, tomando decisiones, asumiendo en primera persona algo tan sufrido como es el compromiso con una idea, un proyecto, una ilusión, una meta.

3.- El emprendedor es un ser mestizo. Lo mejor de cada uno de nosotros surge nace, se manifiesta cuando practicamos el ‘Método de Ulises’ (me gusta más Odiseo). Hay que viajar, ver, mezclarse, asomarse a precipicios en materias desconocidas, arriesgarse a presentarse en foros nuevos, observar, moverse, aprehender la realidad… No somo frutos de un micro segundo. Somos fruto de experiencias, emociones (1er mandamiento); somos, son los emprendedores, gentes mestizas, mezcladas y mezclables, con capacidades intuitivas de adaptarse al medio, sin miedo a desfallecer. El mestizaje asegura la creatividad.

4.- El emprendedor es un ser honesto y generoso. El emprendedor se reconoce en el espejo, es transparente porque de ello depende su éxito. Por eso se entrega con pasión y emoción a su idea, proyecto… Y es un ser generoso porque decide compartir con los demás su arranque de locura creativa y productiva. El emprendedor crea porque necesita de los demás y los demás, al compartir con ellos su idea, dan sentido a su proyecto. Compartir de forma generosa es la máxima del crecimiento como persona y como emprendedor.

5.- Ser emprendedor es una actitud. El ser es apto para una cosas o para otras, dependiendo de muchos elementos como son el aprendizaje y/o la experiencia. La actitud de ser de esta forma, y no de otra, es algo natural, consustancial con el emprendedor. Por eso será tachado de persona extraña, loca, obsesionada y hasta ajena a las tendencias del sedentarismo socializante burocrático que tanto gusta a las madres -por la seguridad del sueldo-, en general, y la sociedad española en particular -por lo mal ‘mirao’ que está-. Producir y crear como actitud es nuestro pecado original. De esta suerte, el emprendedor nace; no se hace.

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