Querida mamá

Querida mamá: te escribo esta carta para recordarme que te gustaba leerme. Mañana domingo se celebra el Día de la Madre, en este nuevo territorio que algunos llaman ‘home’ pero que no es sino una simple parada. Otra parada. La línea de la vida continúa. Y sigue porque mañana no podré felicitarte ni tan siquiera por teléfono. Por eso te escribo. Te escribo una carta. Como antes, como hacían los soldaditos de plomo o como lo habría hecho Garbancito desde la barriga del buey, donde no llovía ni se mojaba. Y te escribo una carta porque en las cartas se puede declarar el amor eterno. Como eterno puede ser el tiempo que dediques a escribirla. Nada me gustaría más que leyeras mi carta. En voz alta. Sin detenerte. Porque lo que quiero es que mientras la leas, el tiempo detenga. Como se detuvo contigo de forma inexorable en los primeros días de este año dejándome huérfano de tus manos pero curado de espanto ante el hecho de que el reloj se detiene son pedir permiso. Quiero que detengas el tiempo para leerme. Para que sepas que estoy en paz. En paz contigo y en paz conmigo. Te escribo porque sólo haciéndolo así, soy capaz de ser, porque cuando me leas yo seré para ti, como ahora eres para mí al escribirte. Es la única forma que conozco de detener el tiempo, aunque sea, durante el tiempo que inviertas en leer esta misiva. No es una misiva de socorro o alivio. Sólo una carta de amor y paz. Paz como sinónimo de quietud, como esas tardes de agosto en Salobreña con la mar en calma. Esa fotografía es hoy el reflejo de mi alma. Mamá, mañana es tu día. Y esta carta es sólo un regalo con forma de letras para todos aquellos que, sin ti mamá, hemos aprendido a vivir. Sabes que siempre te dedicaba una canción en tu día. Hoy también. En estas letras, la de la canción, va impresa nuestra vida, la tuya y la mía. Mamá, María. Te seguiré escribiendo cada día. Porque es la única manera que sé de que no te vayas. Porque escribiéndote, eres. Y por hoy me despido. Tu hijo y sus letras. Siempre queriéndote.

Fernando

Pd: esta carta, mamá, no se entiende sin su banda sonora. Te la dedico.

Cruzando el paraíso (Loquillo)

Es tan fácil dar sin pensar en uno mismo
Vayas a donde vayas encontrarás espejismos
Somos tan iguales y a la vista tan distintos
Yo bajando a los infiernos y tú cruzando el paraíso
Para ti la vida que te lleva
Para mí la vida que me quema
Tenías tanto que aprender y yo tanto por demostrar
Por un instante la eternidad
Nada permanece todo se desvanece
Sé que no puedo quejarme trataré de no engañarme
Siempre es cuestión de tiempo llegar al precipicio
Yo bajando a los infiernos y tú cruzando el paraíso
Para ti la vida que te lleva
Para mí la vida que me quema
Tenías tanto que aprender y yo tanto por demostrar
Por un instante la eternidad
Me sobraba vida para amarte
Fotogramas que olvide al revelarte
Ahora ya es demasiado tarde
¡Qué difícil es que difícil es!
¡Qué difícil es que difícil es!
Para ti la vida que te lleva
Para mí la vida que me quema
Tenías tanto que aprender y yo tanto por demostrar
Por un instante la eternidad
Para ti la vida que te lleva
Para mí la vida que me quema
Tenías tanto que aprender y yo tanto por demostrar
Por un instante la eternidad
https://youtu.be/WAqyV4NIgGw