Te estaba esperando

 

El sol buscaba el horizonte. Caía la tarde. La noche asomaba su larga sombra. En la escena una casa de madera. Ni vieja ni nueva. Ni grande ni pequeña. El jinete a contraluz, solo dibujaba una figura polvorienta. Se detuvo delante de ella.

Aquella mujer, descalza, cubría sus ojos con la mano. Apenas un ligero camisón blanco de algodón gastado por el tiempo dejaba entrever sus delicados pechos y sus delgadas piernas. El, sin saber muy bien donde estaba, se quitó el sombrero. Ella sonrió. El perdido tras una larga travesía desértica.

Ella, retiró la mano dejando ser su hermoso rostro indígena; abrió su camisón y dejó al descubierto su cuerpo desnudo. Y consciente de todo ello afirmó:

  • Te estaba esperando.

(Escrito hace unos días en SATX 2019)