The short-haired woman blues…

Regreso de otro de esos viajes que se saborean, más y mejor, cuando revisas, con los ojos fundidos en negro, cada una de las millas que has recorrido. Mientras suena Short Haired Woman Blues de Dave Rawlings Machine que le pone la perfecta banda sonora a esas inmensas llanuras infinitas de Texas, la apocalíptica Nuevo México, la embriagadora Arizona o esa eyaculadora línea marítima con sal californiana que te lleva a un universo azul inmenso.

Don’t go loving short-haired women, they’re gonna leave you crying, nos dicen estos poetas de polvo y acústicas ausencias. Como las millas de un cuentakilómetros, como los sueños oceánicos que se prenden de una ola en el pier de Seal Beach o los besos que nunca llegaron en Sonora, Benson o las puertas del Joshua Tree National Park.

Oh it’s just a game she told me; I said no, I am reborn... Este verso lo dejé, a solas, también, en este abrir y cerrar de ojos que representa un viaje a ninguna parte. Como nuestra vida. Como la vida que no tenemos. La que no tendremos. Porque todo ha sido un juego.

Met her on a harvest moon once upon a time in the Midwest... Allí quiero volver, a verla, a oír como carga, palabra tras palabra, su revólver con el que disparó a este corazón que ya no distingue si es sueño o simple ficción… The short-haired woman blues…


Song: https://youtu.be/uz97m51cczo


Foto: somewhere in Arizona

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