Feliz Navidad

Llevo varios días pensando cómo acabar este post y este año. Y, sobre todo, qué imagen usar. Soy un gran amante de las fotografías en blanco y negro. Su fuerza e impacto pueden ser brutales. Sin embargo, cuando llevo esos colores al pensamiento, me asiste una gigastesca duda. Pensar en blanco y negro es horroroso. Pero es lo que se lleva. Me he dado cuenta, y a veces soy también partícipe de ello, que nos han impuesto un pensamiento en blanco y negro. Yo quería cerrar este año hablando de los que se fueron, de los derechos que hemos perdido, de las ausencias, silencios, rupturas, de las libertades arrebatadas… todo estampas en blanco y negro, dos colores que se han hecho fuerte en estos dos años en los que nuestra realidad, la realidad, ha quedado dividida. Muy triste final para un post mío. Muy triste para un fin de año. Pero dejo a tu elección quedarte en tu burbuja epistémica. Porque he decidido que este post y la imagen que lo ilustre, sea un reflejo de cómo es mi vida, mi pensamiento y mi sentimiento.

La edad y los kilómetros me han dado perspectiva. Y la perspectiva te ayuda a ver los objetos, las situaciones, con distancia. Distancia que aplico en mi día y a día, para no estar en la burbuja que antes he citado. La vida es mucho más compleja que eso. Las decisiones de cada uno son mucho más complejas que eso. Nuestra gama de colores es mucho más compleja que un simple blanco y negro. Me aferro a mi pensamiento crítico, a mi gama de colores para evitar y salir de ese eco que me insiste en que sólo hay dos. Tú o yo. Blanco o negro. Marcado o no marcado. He decidido cerrar este año con esta anotación que, a pesar del día gris, hoy, me permite seguir viviendo, pensando y sintiendo en colores. Como los colores de un maravilloso atardecer de Texas.

Desde pequeño me enseñaron a tener pensamiento crítico. A diseccionar la realidad, a estudiar, a leer, a aprender, a aprehender. Los años han acentuado todo esto e incluso, cada día, me planteo si debo seguir camino a otra parte del mundo para seguir parcticando todo ello, con el único fin de no dejar de ver y sentir, la vida en colores. Por eso me niego, día a día, a seguir las consignas del blanco y negro. Y soy feliz. Y me siento libre. Y me relaciono, y toco, y beso, y abrazo. Mis colores, me impiden dejar de hacerlo. Porque un día cualquiera que te sientes a contemplar un atardecer, te darás cuenta que tu vida está llena de colores y es tu burbuja epistémica la que lo deja todo reducido a blanco y negro.

Quiero acabar deseántote que este año llegue a su fin lleno de colores y que el que viene sigas incorporando todas las gamas que puedas. Y si decides vivir en cblanco y negro, por favor no les digas a los demás que lo hagan. Vivir en colores en también una libre elección. La mía. Inválida para todos pero muy válida para mi. Flipo en colores.

!!FELIZ NAVIDAD!!