Labios cortados

Tu carta llegó repleta de besos rotos…tus labios sangraban, supuraban sequía;

ayer hubo un soplo de aire que insufló verdad cuando los usabas para susurrar palabras

llenas de eso que algunos llaman pasión…

Pero mordiste el anzuelo de la indiferencia, del ya no pasa nada…

La escalera, inacabable, llena de peldaños de plomo, hizo el resto. 

El sello amargaba a sangre seca. Por más que lo besé no salió de él ni una sola oportunidad.

Rueda la carta en busca de labios nuevos, cosidos o tal vez, desdeñados una vez, renacidos otra vez.